Expertos advierten que la producción de iPhones en EE. UU. enfrenta obstáculos insuperables, a pesar de las promesas de Trump

La complejidad de la cadena de suministro de Apple en China ha llevado a analistas a concluir que replicar este modelo en Estados Unidos es prácticamente inviable, a pesar de las afirmaciones del expresidente Donald Trump sobre la posibilidad de fabricar el iPhone en territorio estadounidense.
Desafíos de la fabricación del iPhone en Estados Unidos
Las políticas arancelarias implementadas por el gobierno de Trump han generado un debate sobre la viabilidad de reactivar la industria local y crear empleo en Estados Unidos. Sin embargo, expertos en la industria tecnológica han señalado que, aunque la idea es atractiva, enfrenta obstáculos significativos que la hacen poco práctica en el corto plazo. Esto se debe a que no se toma en cuenta la compleja red de producción que Apple ha desarrollado en China a lo largo de varias décadas.
La opinión de Tim Cook sobre la manufactura en Estados Unidos
El CEO de Apple, Tim Cook, ha expresado en múltiples ocasiones que la capacidad de Estados Unidos para igualar la escala y la experiencia manufacturera de China ha desaparecido. En 2015, Cook fue claro al afirmar que la época en que Estados Unidos podía producir a la escala necesaria había quedado atrás. Para ilustrar esta disparidad, Cook mencionó que “la totalidad de los fabricantes de herramientas y matrices de Estados Unidos cabrían en una sala, mientras que en China se necesitarían varios campos de fútbol para albergar a una fuerza laboral equivalente”.
Costos de trasladar la producción a Estados Unidos
Analistas como Dan Ives de Wedbush Securities han corroborado esta realidad, advirtiendo que el costo de trasladar la producción del iPhone a Estados Unidos sería prohibitivo tanto para Apple como para los consumidores. Ives estima que se requerirían tres años y una inversión de 30.000 millones de dólares para mover tan solo el 10% de la cadena de suministro de Asia a Estados Unidos, lo que generaría interrupciones significativas en el proceso de producción.
El impacto en los consumidores sería notable, ya que el iPhone de 1000 dólares podría dejar de ser un producto accesible. Ives incluso sugirió que si los iPhones se fabricaran exclusivamente en Estados Unidos, su costo podría triplicarse, planteando irónicamente que “si los consumidores quieren un iPhone de 3500 dólares, deberíamos fabricarlos en Nueva Jersey, Texas o en otro estado”.
Perspectivas de otros analistas y ex ingenieros de Apple
El banco de inversión Evercore también ha calificado la idea de ensamblar iPhones en Estados Unidos como absolutamente inviable. A corto plazo, cumplir con desafíos esenciales como la capacitación de cientos de miles de personas para ensamblar iPhones no es realista.
La opinión de los expertos se extiende a ex ingenieros de Apple. Matthew Moore, un ex ingeniero de fabricación de la compañía, comentó que “hay millones de personas empleadas por la cadena de suministro de Apple en China“. Apple ha sostenido que el grupo de talentos en Estados Unidos es demasiado pequeño para reemplazar a esta vasta fuerza laboral especializada. Moore planteó una pregunta retórica: “¿Qué ciudad de Estados Unidos va a dejarlo todo para fabricar solo iPhones?”
Con las cifras en la mano, la idea de un “iPhone Made in USA” a corto plazo se presenta como una quimera. Algunas propuestas menos agresivas sugieren una “ingeniería de tornillo final”, similar a lo que se ha implementado en Brasil, donde se realizan retoques finales a iPhones casi terminados para declarar el país como origen de fabricación, aunque esto no aborda la esencia del problema planteado por las políticas arancelarias.